La isla caribeña sufre su tercer colapso eléctrico en menos de 72 horas, agravando una crisis energética de larga data
Cuba se enfrenta a una de las peores crisis energéticas de su historia reciente. El país ha experimentado su tercer apagón masivo en menos de tres días, dejando a millones de cubanos sin electricidad y aguas, y obligando al gobierno a tomar medidas drásticas.
Un sistema eléctrico al borde del colapso
El Ministerio de Energía y Minas (Minem) de Cuba informó el domingo de la tercera caída total del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) desde el viernes. Esta serie de fallos ha puesto de manifiesto la fragilidad de la infraestructura energética del país, que depende en gran medida de centrales termoeléctricas obsoletas, algunas con más de cuatro décadas de funcionamiento.
Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, declaró en una rueda de prensa que el gobierno espera restablecer el servicio para la mayoría de los consumidores «mañana lunes», aunque advirtió que «el último cliente quizás puede estar recibiendo corriente el próximo martes». Sin embargo, el ministro reconoció que los problemas de generación insuficiente persistirán.
Medidas de emergencia y consecuencias sociales
Ante la gravedad de la situación, el gobierno cubano ha tomado medidas extraordinarias:
- Suspensión de actividades: Todas las actividades estatales «no imprescindibles», incluidas las escuelas, han sido suspendidas hasta el miércoles.
- Mantenimiento de servicios vitales: Los hospitales y otros servicios esenciales se mantienen operativos.
- Compensación salarial: Los trabajadores afectados recibirán una garantía salarial.
La crisis ha dejado a la mayoría de los cubanos sin agua en sus hogares, ya que los sistemas de bombeo dependen de la electricidad. Esta situación ha exacerbado el descontento social en una isla ya golpeada por una prolongada crisis económica.
Causas estructurales y coyunturales
La crisis actual es el resultado de una combinación de factores:
- Infraestructura obsoleta: Las siete centrales termoeléctricas del país, de fabricación soviética, sufren averías frecuentes debido a la falta de inversión.
- Escasez de combustible: La falta de divisas ha limitado la capacidad de Cuba para importar el combustible necesario para la generación eléctrica.
- Huracán Óscar: La inminente llegada de este fenómeno meteorológico al extremo nororiental de la isla complica aún más la situación.
Impacto económico y perspectivas
Los frecuentes apagones han tenido un impacto significativo en la economía cubana, que se contrajo un 1,9% en 2023 y aún no recupera los niveles de 2019. Además, han sido catalizadores de protestas antigubernamentales, como las ocurridas en julio de 2021 y marzo de 2024.
La recuperación del sistema eléctrico se perfila lenta y complicada. Aunque el gobierno ha alquilado centrales eléctricas flotantes para paliar el déficit de generación, la solución a largo plazo requerirá inversiones sustanciales en infraestructura y una diversificación de las fuentes de energía.
Esta crisis energética pone de manifiesto los desafíos estructurales que enfrenta Cuba en su intento por modernizar su economía y mantener su modelo político en un contexto de crecientes dificultades económicas y presión social.